Reseña de Siete para la Eternidad, Seven to Eternity

Siete para la eternidad

No hacía ni 24 horas que me había llamado poderosamente la atención el cartel promocional de Siete para la eternidad (Seven to Eternity) publicado en el muro de Facebook de alguien.  Entonces, recibí en mi email la oportunidad de leer la nueva serie de Rick Remender y Jerome Opeña. A Remender le tengo cogida la matrícula porque series como Ciencia Oscura o Clase Letal son ejemplos de lo saludable que es volver a los géneros si se tienen ganas ilusión. A Opeña, un poco menos, aunque es cierto que junto a Remender protagonizó algunos títulos Marvel celebrados (Uncanny X-Force, Punisher), además de otros como Fear Agent.

Siete para la eternidad y el espacio

En Siete para la Eternidad (Seven to Eternity), Rick Remender se embarca en una epopeya de ciencia-ficción premeditadamente densa. El guionista en otras ocasiones ha optado por tomar ideas potencialmente complejas y darles una solución muy directa. Aquí, decide a que el lector tenga que asimilar muchos conceptos (algunos, directamente intuirlos) como punto de partida de un universo fantástico.

El punto de partida de Siete para la Eternidad (Seven to Eternity) bebe directamente de la tradición del western (y, a la vez, de la tradición medieval ). Ahí están todos los ingredientes necesarios para ensamblar una historia de épica en territorios agrestes. Se sustituye al malvado cacique de turno por un dictador sobrenatural, y se añaden exóticas especies y una mezcla entre tecnología y espiritualidad muy ciberpunk. Se notan afinidades con la saga de La Torre Oscura de Stephen King, más a la hora que combinar géneros que en cuanto a intenciones y desarrollo.

Por su parte, Jerome Opeña se mueve en un ámbito difuso: su estilo fluye con solvencia pero también ambigüedad. A ratos se quiere atrever a emular al Jean Giraud de Blueberry o se hace pasar por un dibujante de Metal Hurlant. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, se acaba por conformar con ser un discípulo aventajado de Jim Lee o Travis Charest.

Western espacial

Esto, en si, no tiene nada malo. Y más si tenemos en cuenta el oficio que demuestra Opeña a lo largo de esta obra. Pero sí deja un cierto poso amargo. Pese a que es muy posible que el estilo del dibujante sea el más adecuado para una serie como Siete para la Eternidad (Seven to Eternity), echo de menos a un dibujante con más alma y personalidad.

Pienso, por ejemplo, en el Matteo Scalera de Ciencia Oscura o el Wes Craig en Clase Letal. Mención aparte al titánico trabajo del colorista Matt Hollingsworth.

La mayor victoria de Remender y Opeña en Siete para la Eternidad (Seven to Eternity) es generar expectativas de algo grande nos aguarda. Al final, los números uno son para eso, ¿¿no??

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