Es un pájaro… de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen

El guionista Steven T. Seagle y el dibujante Teddy Kristiansen conforman un peculiar dúo. Una sólida trayectoria juntos al frente de House of Secrets para Vertigo sentó las bases para posteriores colaboraciones de interés. En nuestro país, se publican ahora de la mano House of Secrets: Fachada y Es un pájaro… dos proyectos muy distintos pero igualmente satisfactorios.


Detengámonos en Es un pájaro… A todas luces, se trada un proyecto muy personal al que se dio hueco dentro del sello Vertigo, el que más alegrías ha dado a ambos autores. Un rara avis, un cómic publicado por una empresa de superhéroes en el que estos cobran protagonismo desde una perspectiva raramente abordada.


El volumen funciona a muchos niveles. El proceso creativo en sí mismo, los retazos de problemas familiares no resueltos y, de paso, el análisis del qué y por qué de un personaje como el Hombre de Acero desde un punto de vista intencionalmente pragmático son los ejes en los que se apoya esta excelente obra.


Seagle, un escritor todoterreno, plasma en Es un pájaro… su faceta más intima y sincera. En una industria editorial como DC, Es un pájaro… constituye un inusual ejemplo de sensibilidad narrativamente llevada a buen puerto. Es también un tebeo con pulso en el que la implicación del guionista es superior al proyecto medio. Y eso se nota en un ritmo controlado que tiene como resultado una obra emocionante sin que haya (casi) puñetazos.


Gran parte de la culpa del brillante resultado recae en Teddy Kristiansen. El dibujante nórdico tiene la posibilidad de demostrar su soltura gráfica en esta obra. Lejos de los corsés que impone trabajar para el tebeo norteamericano comercial, incluso en sus parajes más “arriesgados”, Kristiansen tiene la oportunidad de llevar a cabo un ejercicio de deconstructivismo en el que deslumbra su capacidad de adecuar su estilo y convertirlo en una definitiva herramienta narrativa. Esquemático, juguetón y plenamente consciente de las necesidades de la historia en cada momento, el dibujante elige en cada momento color, trazo, textura, definición y detalle o esquematismo, acertando siempre.


Es un pájaro… es un tebeo, como digo, que tiene tantos niveles de lectura como de disfrute. En su encantadora sencillez, la obra atrapará irremisiblemente el lector de superhéroes, al que no lo es tanto, a quien interesen las historias humanas o el slice of life, al curioso por conocer los avatares de la vida de un guionista o, sencillamente, al que sabe apreciar una obra que no pide credenciales ni las da….

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