En el texto de presentación de Kieron Gillen para el nuevo número de DIE, su nueva serie en Image, el guionista británico se pregunta cómo a nadie se le ha ocurrido antes hacer una serie partiendo de la idea que propone.
¿Qué es exactamente lo que propone el creador de Phonogram y The Wicked + The Divine? En sus propias palabras, se pregunta: ¿Cómo sería una historia que contase qué pasó con los protagonistas de la serie de dibujos animados de Dragones y Mazmorras?
El doble sentido del propio título habrá creado una cierta expectación al lector más jugón: que DIE, en inglés signifique “morir” y, además, “dado”, te da el título perfecto para una obra que combine juegos de rol y terror, y eso es exactamente lo que pretende Kieron Gillen.
Gillen se ha aliado con la ilustradora y dibujante Stephanie Hans, con quien ya había coincidido en títulos Marvel como Journey into mistery, donde la francesa se había encargado de portadas y algunas páginas de historieta. El guionista supo reconocer en el estilo pictórico de la artista justo lo que necesitaba para este proyecto.
En DIE, Kieron Gillen rinde homenaje a su faceta más nerd. El británico es un ávido jugador de rol, Warhammer y juegos de mesa, e incluso fundó la prestigiosa web de juegos para PC Rock Paper Shotgun. Así, asomarse a los rpg como llave para introducir los consabidos viajes a dimensiones paralelas se ha debido antojar como un paso casi natural para él.
Gillen no oculta que su principal inspiración es la serie de animación de Dragones y Mazmorras pero, en realidad, hay toda una tradición de uso de esta fórmula, que va desde It o Jumanji a variantes más recientes como Stranger Things o Ready Player One. En esta primera entrega de la serie, el guionista tiene tiempo para sentar las bases de lo que promete ser una ambiciosa saga. Y es que el autor de Phonogram disfruta, sobre todo, creando universos.
La treintena de páginas del primer número de DIE presentan de manera competente lo que nos espera a lo largo de la serie. El guionista ha sabido encapsular con precisión un esbozo suficientemente satisfactorio de los personajes y del conflicto principal que pretende desarrollar.
La serie, a todas luces, promete satisfacer a los seguidores de Phonogram y The Wicked + The Divine, en tanto en cuanto supone una nueva exploración de fantasías con anclaje en la realidad, principal tema de interés de Gillen a la hora de explorar historias propias.
Incluir en la ecuación a la artista Stephanie Hans promete una variación interesante con respecto a anteriores obras, en las que Jamie McKelvie, su veterano colaborador, aporta unas soluciones correctas pero nunca deslumbrantes, merced a un estilo práctico pero no excesivamente vistoso.
Hans, conocida principalmente por sus exuberantes portadas, despliega un trabajo reconocible por un uso de tonalidades envolventes, que huyen de los colores planos y acentúa el carácter fantástico y de misterio. Una estética sofisticada y de videojuego que encaja a la perfección con el propósito de transmitir unos valores de producción que resulten familiares al gamer.
Es todavía muy pronto para predecir los territorios que tiene previsto hollar DIE, sin embargo estos primeros compases invitan a pensar que a Kieron Gillen le quedan todavía muchas horas de vuelo en el género fantástico.