Tras varios años de coyuntura favorable, principalmente gracias a los éxitos cinematográficos de adaptaciones superheroicas, parece que las dos grandes
editoriales renuncian a la búsqueda de nuevo público y han iniciado una carrera en retidada para afianzar al fan de toda la vida.
Se intuía conforme iba pasando el tiempo, lineas como Ultimate iban calando precisamente en los lectores de siempre e iniciativas como Tsunami se iban desmantelando poco a poco. Estos últimos meses, en cambio, hemos asistido al retorno al megacrossover, a la coherencia enterna y al rollito Marvel/DC añejo, for fans y by fans. Queda en entredicho la inclusión de grandes nombres venidos de la literatura o la televisión en diversos títulos para contar nuevas historias se antoja como un reclamo… o no ¿Se trata de trasvasar a algunos de sus aficionados al cómic, de buscar aire fresco ante un elenco de escritores propios demasiado trillado?
Si las señales eran poco claras, llega para arreglarlo uno de los malos de la película, quien en su momento fuera uno de esos guionistas a los que se le pedía que trajese influencias de fuera, sobre todo de las series de televisión. Chuck Austen, CHUCK! para los amigos, ese que en su momento escribió en casi todas las colecciones punteras, ese que fue tirado de todas, el hombre al que los fans amenazaban de muerte, habla, desde su retiro forzoso, y lo deja claro…
“Cuando Joe Quesada me trajo abordo, intentaba ir más allá del mercado actual, e intentaba encontrar a alguien que pudiese escribir para nuevos lectores. Por lo que he oído, se han echado atrás completamente y se han dado cuenta, igual que hice yo cerca del final, de que no hay nuevos lectores. Sólo esta la base de fans antiguos que está ahí desde hace años, y les tienes que gustar o no le gustas a nadie. Por eso, todo el mundo hace más crossovers y grandes eventos para aumentar las ventas, por lo que parece como que han vuelto a cómo era en, ¿que?, ¿los primeros noventa?”
Así pues, se daría la irónica circunstancia de que mientras que el medio está más presente que nunca en cine y televisión, los propios comics siguen estando reservados a una audiencia que no se renueva. Se cierra el grifo a gente que no sea del rollo porque no se sabe o no se puede atraerlos hacia nuestro terreno. Eso, por una parte, explicaría la vuelta masiva a las reediciones de clásicos y de material sólo conocido por fans de largo recorrido. Ya sea por cuestiones de propiedad intelectual o por dirigirse a estos fans de toda la vida, en los últimos meses vemos al vuelta de los monstruos clásicos de la Marvel, de los tebeos de vaqueros y del Nuevo Universo, por poner algunos ejemplos. No acaba de encajar el revival de los tebeos románticos, que estaría hipotéticamente destinado a captar lectores. Quizá la cuestión sea, en este caso, recuperar antiguas lectoras. De todo esto, quizá lo más preocupante sea el paralelismo con los primeros noventa. Salvando las diferencias, un nuevo crash editorial sería un gesto de debilidad que las grandes compañías que controlan hoy en día a las dos grandes editoriales pijameras probablemente no verían con buenos ojos.
En la blogosfera española, gracias a muchos y muy activos aficionados al cómic, el debate sobre la conveniencia de ampliar público está muy presente. Quizá por eso sorprende y alarma a partes iguales el hecho de que la aparentemente todopoderosa cúpula editorial norteamericana se rinda ante esta lucha. Porque quizá esta rendición no sea más que consecuencia de una sequía creativa, de una falta de ideas que, además de poblar el tebeo, también afecta a la empresa que lo publica. En este ambiente, la huída hacia adelante siempre es, a falta de innovar, reciclar. Más guiños a los lectores de siempre, más continuidad, más personajes de los de siempre a los que rescatar del olvido, de la muerte o a los que reinventar por enésima vez, enfrentándolos a un nueva y terrible amenaza de dimensiones cósmicas. La Infinite Crisis, la Civil War, La House of M, acaban convirtiéndose, además de en un reclamo editorial, en un extraño y profético paralelismo con la realidad. Esperemos que los directivos de Marvel y DC tengan tanta maña para salvar al mundillo como Batman, Superman o los Vengadores para salvar el universo.