Quien conozca la trayectoria de David López estrictamente desde que trabaja en el cómic de superhéroes para Estados Unidos probablemente interprete la premisa de Blackhand Ironhead como su propia aportación al género, esta vez como autor completo.
No es una interpretación del todo equivocada. Pero se queda corta a la hora de describir todo lo que el dibujante de Catwoman o X-Men logra con su vuelta como autor completo, primero de manera virtual de la mano de Panel Syndicate y ahora en formato físico gracias a Astiberri.
Los más talluditos del lugar recordamos en los lejanos noventa cómo un joven David López que, a finales de los noventa publicaba Espiral, serie que, en aquel páramo editorial, resultaba puro maná. Espiral era una serie de alocado costumbrismo con algún toque de superhéroes, una especie de sitcom muy influida por el ambiente indie de la Barcelona de la época.
En 2002, llegaría Espiral Polaroids, última entrega de la saga antes de que David comenzase para trabajar para el mercado estadounidense. Más allá de sus celebrados relatos navideños, pasarían tres lustros hasta que, con la llegada de Blackhand Ironhead, López nos ofrezca novedades como autor completo.
Blackhand Ironhead: familia de supers
Blackhand Ironhead es más un cómic con superhéroes que un cómic de superhéroes. David López utiliza un esquema de sitcom con fuerte carga familiar ambientado en un entorno de fantasía futurista lleno de referencias disfrutables.
En lo formal, la solidez de un tipo que lleva tres lustros trabajando para uno de los mercados más exigentes y competitivos no deja dudas. El dibujante ha sabido jugar con el formato más adecuado para su consumo digital, que funciona a la perfección impreso en papel.
El dibujante maño siempre ha tenido una especial habilidad para hacer que personajes de ficción resulten cercanos e identificables. Tiene un gran dominio del ritmo y la acción, y se nota. Construir un mundo nuevo desde cero y desarrollarlo en un puñado de páginas es todo un desafío. Y más si queremos que en el mix haya acción, suspense y un aderezo de emotividad y comedia. Las cinco entregas originales de Blackhand Ironhead, ahora recopiladas en un solo volumen, demuestran el éxito de esa empresa.
Blackhand Ironhead es una obra que sabe tomar elementos fundacionales de material clásico. Este va desde el propio género de superhéroes a la sitcom, pasando por el cine adolescente de los ochenta la young adult fiction. Desde el conocimiento, la admiración y el cariño, López logra un tebeo moderno y atemporal. Lo hace cimentado en una estética que sabe picotear de muchos sitios sin empacharse de ninguno. También de unas dinámicas entre personajes que son perennes y sin fecha de caducidad.
Seguro que existe una realidad alternativa en el que el cómic de aventuras es como Blackhand Ironhead: con clase y talento, y extra de cariño. Mientras tanto, solo podemos esperar que David López se anime a contarnos más historias, de estas dos peculiares hermanas ode otros personajes por venir.