Arrowsmith: Primera Guerra Mundial de espada y brujería imaginada por Busiek y Pacheco
La literatura, el cine y, claro, el cómic, están llenos de historias esenciales que se han contado y se siguen contando una y otra vez. Obras que reformulan bajo prismas distintos clásicos como el viaje del héroe, la transición de niño a hombre o de niña a mujer, la odisea del hombre común enfrentado a retos inmensos… y cuyo mérito radica en generar un envoltorio original y atractivo para un relato con el que la humanidad ha establecido un vínculo casi litúrgico desde casi el principio de los tiempos.
El planteamiento desde el que parte Arrowsmith no destaca por su originalidad, ni creo que pretenda hacerlo . La base es, por un lado, la participación de jóvenes pilotos norteamericanos en los primigenios combates aéreos durante la Primera Guerra Mundial (quizás recordéis una película llamada Flyboys) junto a temas mucho más universales como la pérdida de la inocencia, los horrores de la guerra, etc. El añadido aquí es mezclar ese momento histórico con elementos fantásticos y de espada y brujería, consiguiendo una mezcla original y sólidamente conceptualizada tanto a nivel gráfico como de guión. La efectiva conjunción de dos géneros tan aparentemente alejados genera una serie de posibilidades de lo más interesantes. En el fondo, esta especie de versión fabulizada de la Primera Guerra Mundial mantiene el acento sobre el cambio que supuso esta contienda, considerada la primera guerra moderna, y asume similares temas asociados a ella como el avance del progreso y la crueldad de la aplicación de este a la maquinaria armamentística, la nostalgia por tiempos «más sencillos», etc.
Los ojos del joven protagonista, Fletcher Arrowsmith, nos conducen a través de una historia que combina acción de corte clásico con humor, romance, drama y un ligero mensaje antibelicista. Carlos Pacheco, con Jesús Merino a las tintas, consolidó en esta obra uno de sus trabajos más sólidos. No sólo exhibe un músculo creativo sencillamente espectacular a la hora de reinventar todo un mundo, sino que demuestra un buen gusto y eficiencia en cada momento que convierten a esta obra en una de sus cumbres indiscutibles. Definitivamente, se puede decir que el trabajar en un proyecto propio fue un combustible que le permitió volar muy alto.
Lo que me resulta fascinante de Arrowsmith es que Busiek y Pacheco articularon un completo y rico universo de fantasía, algo que en otros ámbitos se prolongaría durante numerosas temporadas o trilogías, para una obra que abarca apenas un centenar y medio de páginas. Pese a que se supone que Busiek y Pacheco tienen la intención de continuar contando historias ambientadas en el universo Arrowsmith, la verdad es que diez años después de su publicación original la obra sigue sin hermanas.
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