Antes de que saliese En un rayo de sol, de Tillie Waldern tuve la oportunidad de entrevistar a la autora con motivo de su Piruetas. Una vez apagada la grabadora, en charla informal, me comentó que su próxima obra iba a ser aún más larga y ambiciosa. “Te va a sorprender, ya verás”, dijo. Ese cómic era -y es- En un rayo de sol, que Tillie Walden publicó en un primer momento en formato webcomics, y ahora disfrutamos en dos tomos.
Y vaya si me ha sorprendido. No tanto por las capacidades de Walden, una autora cuyo horizonte artístico parece no tener límite, sino por todo lo que ha sido capaz de reunir en una obra ambiciosa y, en cierto modo, excesiva.
Ray Bradbury en su Crónicas Marcianas, Stanislaw Lem en su Solaris son dos ejemplos de algo que ha hecho la ciencia ficción desde que es ciencia ficción: tomar situaciones, reflexiones y problemas de aquí y ahora y disfrazarlos con un traje de exótico viaje cósmico y fantástica epopeya universal.
En un rayo de sol, Tillie Walden, amor y cohetes
Y es que no hace falta realizar un ejercicio de imaginación demasiado descabellado para trasladar la historia de familias rotas, amores perdidos, juventud inadaptada e inseguridades personales que nos cuenta Walden a un entorno urbano occidental de una época más o menos actual.
Como lectores, habríamos asumido con total naturalidad algo así sin plantearnos necesariamente los mecanismos que hacen que eso funcione. Yo envío emails todos los días, y no me preguntes cómo se consigue que un montón de bits e impulsos eléctricos le lleguen a alguien en formato legible. En ambos casos, todo tiene una explicación, pero en un plan atávico, casi primitivo, yo decido que todo esto es MAGIA.
Magia, sí, pero magia de la buena. No trucos de manos del tipo ese con la bomber de polipiel y la corbatita estrecha. Porque Tillie Walden, y creo que cualquiera que haya leído alguno de sus cómics, habría bordado un slice of life juvenil millennial con poco o ningún esfuerzo. Pero, mira por donde, la artista ha decidido hacerlo y ADEMÁS, marcarse una extravaganza en clave de space opera de quinientas y pico páginas en la que delinea un riquísimo universo y, de paso, abunda en una exploración gráfica que parece alimentada por combustible de cohetes espaciales.
Space opera millennial
En En un rayo de sol destaca casi todo, pero a mí me han llamado la atención poderosamente dos cosas. Una es el trabajo desarrollado a la hora de dibujar (en el sentido figurado y en el otro) a unos personajes reales, muy de carne y hueso, sobre los que sobrevuela una especie de nube de difusa melancolía. Otra es la manera que gestionar el mapa sentimental que vertebra la historia a través de líneas temporales y unos flashbacks plenamente integrados en el entorno de ciencia-ficción.
Walden afirma haber sido una ávida lectora de mangas como Hunter X Hunter en su adolescencia. Pero no necesariamente esa manera de entender la fantasía se refleja en En un rayo de sol. El planteamiento de la autora va más allá. Picotea, sí, en algunos aspectos de la young adult fiction de los últimos años (deportes imaginarios). Pero también en esa capacidad tan a lo Arthur C. Clarke para transmitir la inmensidad del espacio y lo insignificante del individuo. Clava esa sensación alienante de pasar horas y días en un enorme armatoste metálico que flota en el espacio.
Joven aunque sobradamente preparada
Tillie Walden escribe y dibuja y parece que lleve 20 años haciendo cómics y. Al mismo tiempo, crece, bucea en cosas nuevas y afirma los cimientos de qué quiere ser como artista a cada página. En un rayo de sol es tan solo una muesca más en su rifle de alta precisión (Are you listening?, flamante premio Eisner es su nueva novela gráfica de 320 páginas) y es, por si cabía duda, una obra ejecutada con milimétrica precisión. Además, tiene un alma del tamaño de la España despoblada.
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