La recopilación de Una posibilidad entre mil y La máquina de Efrén en un solo volumen me da, por fin, la posibilidad de hablar de estas dos obras de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou.
Cristina y Miguel Ángel, pareja creativa y vital, tuvieron en su momento valentía de desnudar sus momentos más difíciles de su vida convertirlos en sendos cómics. En Una posibilidad entre mil, abordan el nacimiento y primeros años de su primogénita Laia, nacida con parálisis cerebral. En La máquina de Efrén, cuentan el largo y complejo proceso de adopción de su segunda hija, Selam.
Dos relatos tan personales habrían encallado de manera irremediable sin las dosis necesarias de valentía y sinceridad. A los dos protagonistas no se les caen los anillos a la hora de confesar abiertamente sus dudas, miedos e inseguridades y eso, por supuesto, hace que su historia lata cercana. La naturalidad y falta de pompa hace que te rindas. No hay ni pompa ni dramatismo, tanto en los momentos más duros que nos cuentan (que los hay) ni en los pasajes más alegres y desenfadados.
Una posibilidad está llena de excelentes personas, pero tampoco rehuye la indiferencia y frialdad de determinados procesos o el caprichoso egoísmo de algunos padres adoptivos. Es difícil abordar temas tan delicados, aunque tengan un final feliz, sin endulzar las situaciones que se nos presentan. Igualmente, la propia naturaleza humana invita a veces a adoptar una actitud condescendiente y aleccionadora ante los errores de los demás. Es por ello que el equilibrio que logran los autores tiene aún más valor. En ese sentido, creo que es un pequeño gran refugio para cualquiera que se haya tenido que enfrentar a un trastorno grave o al largo y complicado proceso de adopción.
Una posibilidad es una obra cuyo motor principal es el amor, y eso se nota. Estamos demasiado acostumbrados a que invocar el amor provoque una lluvia torrencial de acusaciones de ñoñería y buenismo. Sin embargo, sería engañoso no rendirse al amor que Cristina, Miguel Ángel, sus familias y sus amigos. Dos personas corrientes capaces de grandes cosas por puro amor, llano y simple. No es fácil hablar de uno mismo sin resultar autoindulgente, y mucho menos salir airoso de relatar situaciones tan duras.
Sería también fácil pecar de benévolos con obras que aborden temas tan sensibles, pero es que, en este caso, la arriesgada temática viene acompañada no sólo de un tratamiento exquisito, sino también de una gran labor narrativa. El estilo de aire cartoon de los autores fluye de manera resuelta y funciona sin fisuras. Me van a permitir el topicazo para concluir diciendo que Una posibilidad es un cómic como la vida: a ratos amargo, a ratos pura felicidad, pero siempre un camino que merece la pena recorrer.