Reseña de Low, el delirio de la esperanza

En un mundo en el que ser mayor no supusiese estar lleno de prejuicios o carcomido por aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor», toda una generación de lectores que creció con Cimoc o 1984 estaría genuinamente encantada con Rick Remender y lo que viene haciendo, también para Image, en Ciencia Oscura o en esta Low, el delirio de la esperanza. Sus aproximaciones al género de la ciencia-ficción, dotadas de una innegable frescura y dinamismo, son claras herederas de muchas de las obras que desfilaron por estas pioneras revistas.

En Low, Rick Remender se alía de nuevo con Greg Tocchini, al que ya conoce de Last Days of American Crime, para imaginar un futuro en el que la Tierra se acerca a sus últimos días y la situación de los últimos seres humanos, recluidos en bastiones submarinos, depende de un casi quimérico giro del destino, de una escapatoria en la que casi nadie cree. En este panorama de negrísima perspectiva, Remender elige como heroína atípica a Stel Caine, una mujer cuyo mayor impulso , cuyo motor de voluntad es un optimismo poco acorde con la realidad que le rodea.

El guionista norteamericano, que acostumbra a abrir sus sentimientos y reflexiones en los prólogos de sus obras, no oculta en este primer volumen de Low cómo la serie ha sido para él una suerte de terapia para poder superar una serie de problemas personales de alguien que, como él mismo admite, siempre ha estado marcado por un espíritu especialmente negativo. Saber esto supone una herramienta valiosa para entender el tono e intenciones de la serie.

Low es, igual que Ciencia Oscura, un ejemplo innegable de la fértil imaginación de un escritor como Rick Remender, así como una demostración de lo mucho y muy variado que ha leído el autor. Hay a través de las páginas de este primer volumen un gusto exquisito a la hora de fabular mundos, personajes y realidades. Hay una fantasía desatada y sin límites que entiende, de manera totalmente acertada, que no se puede encorsetar con la falta de ambición una aventura más grande que la vida, una epopeya de salvación en la que está en juego nada más y nada menos el destino de la raza humana. Hay también una interesante ponderación, ya que este es un tebeo que dejará ampliamente sorprendidos a quienes conozcan el género tan solo de refilón y permitirá a los más habituados al mismo moverse en un terreno familiar pero no deudor de ninguna obra concreta de manera específica.

Este último extremo es también aplicable al trabajo de Greg Tocchini en el dibujo. Por momentos, resulta evidente su cercanía con el Esteban Maroto más desatado. Sin embargo, allá donde Maroto es todo barroca precisión, Tocchini se decanta por que su arte sea casi líquido. Hay una fluidez interesante en cómo elige dejar ciertos pasajes prácticamente abocetados y un atractivo evidente en sus formas y en la manera de dotar de expresividad a los personajes. Es cierto también que la elección de la paleta de colores es arriesgada y, en ocasiones, imperan la confusión y una cierta sensación de pastiche. Al final, su trabajo requiere un pequeño esfuerzo y es probable que acabe por polarizar opiniones. Habrá a quien se le caiga la baba y quien no acabe de entrar en su propuesta por las razones antes expuestas. En mi opinión, con sus carencias, que las tiene, Tocchini es el dibujante adecuado para un cómic como Low.

Los aficionados a la ciencia-ficción estamos de enhorabuena este año. La escudería Image ha aterrizado a lo largo de 2015 en nuestro país con un puñado de títulos interesantes y motivadores, y Low es uno de los más destacados.

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