Reseña de La formidable invasión mongola, de Shintaro Kago

Invasion Mongola

La llegada a nuestro país de una nueva obra del japonés Shintaro Kago supone una nueva cita con un autor empeñado en hacer carrera cruzar las barreras de lo estándar para adentrarse en territorios de calculada sordidez.

Para aquellos lectores menos familiarizados con el autor, o que recuerden tangencialmente algunas de sus descolocantes viñetas en la revista Vice, podríamos catalogar a Kago como una versión nipona -y, por lo tanto, extrema- de David Cronemberg o un familiar lejano del Miguel Ángel Martín más inquietante. El autor, asentado dentro de un género conocido como ero guro, dedicado a bucear en un cierto tipo de erotismo grotesco, oscila entre el terror y una fascinación por fluidos, vísceras y escatología. Sus trabajos raramente dejan indiferente y no son, desde luego, adecuados para paladares impresionables.

En La formidable invasión mongola, Shintaro Kago se dedica a realizar una delirante relectura de un puñado de episodios históricos a partir de la introducción de un elemento psicotrónico como son los caballos mongoles, unas misteriosas manos gigantes que se convierten, desde la alucinada mirada del mangaka, en motor del progreso humano. La era de los exploradores, la Revolución Industrial o la Primera Guerra Mundial son retorcidos y dotados de una nueva y aberrante coherencia. Los Gengis Khan, Vasco de Gama o Henry Ford que habitan las páginas de La fabulosa invasión mongola son, igualmente, versiones pervertidas y distorsionadas, convertidas en grotescas caricaturas al servicio de una imaginación tan fértil y radical como disfuncional.

Es prácticamente inevitable sentir una rara fascinación por los elaborados desvaríos de Shintaro Kago y experimentar el morbo lector de ver hasta donde es capaz de llegar. Con sus objeciones, que las hay, leer a Shintaro Kago sigue siendo una experiencia diferente a casi todo.

Puedes leer aquí una entrevista con el autor

Web oficial de Shintaro Kago

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