Reseña de La chica perdida, de Nabiel Kanan

Los problemas informáticos de todo tipo han impedido que reseñara a tiempo la primera referencia del británico Nabiel Kanan en castellano. Conocí a este autor gracias al añoradísimo fanzine Whoppity Whop! y, desde entonces, no le he perdido la pista. Primero a través de su serie Exit , que tuvo publicación USA en Caliber Comics, y ahora, gracias a Dibbuks con La chica perdida.

Kanan es un autor centrado en las historias sencillas y serenas de la adolescencia. El dibujante/guionista sabe contar de manera emotiva y sincera los cambios y vicisitudes que conlleva este momento vital, tanto en su llegada como en su abandono. En La chica perdida se vuelve a ver a un Kanan que domina totalmente los silencios narrativos, algo de lo que no todos los dibujantes pueden presumir. A través de un trazo anguloso y aseado, el británico mezcla cotidianeidad, aventura de andar por casa y un poquito de teen angst consiguiendo un cóctel que quizá no convenza a todos pero que cuenta con más virtudes de defectos. Siendo menos arty y excéntrico que el Alex de su compatriota Eddie Campbell pero más sólido que Andy Watson, Nabiel Kanan se ha hecho su pequeño hueco en una jungla en la que quizá su mayor problema ha sido no acertar a la hora de elegir editorial (en los USA). Por lo demás, La Chica Perdida es un perfecto representante de su manera de hacer. Pequeños misterios planteados de manera poco rimbombante, un humor suave y una manera de contar poco apresurada y una sensación de inquietud de la que te acordarás, si es que una vez fuiste adolescente. Por lejos que quede eso.

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